El otro día fui a un bautizo de
un niño que parecía moro y cuando tocó el momento “remojo” - el momento en el que se purifica el alma y en el que se reniega de
Satanás para comenzar una nueva vida como cristiano -, y el cura le
echó el agua encima de la cabeza del niño, éste comenzó a
llorar. Bueno, eso es más o menos natural. Todos los críos lloran
cuando algún hijodeputa les moja por sorpresa, pero aquel niño que parecía
de origen marroquí comenzó a echar humo por la cabeza. Le hervía
todo el cuero cabelludo…
Al principio pensé que a
los de esa raza no se les puede bautizar porque tienen otras
inclinaciones religiosas, que les pasaba como a los vampiros, que el
agua bendita les jodía el cuerpo, al igual que los crucifijos y los
ajos… Total, que la cosa se puso súper tensa. El cura se volvió loco y comenzó a gritar que aquel
renacuajo era el mismísimo Anticristo y cundió el pánico… La gente se puso a correr como poseídos y las monjas comenzaron a masturbarse con crucifijos. Menudo panorama... El Anticristo estaba ahí... ¡¡Horror!!
Pero que va, luego nos enteramos que algún
bromista del barrio había echado ácido sulfúrico en la pica
bautismal.
Finalmente, todos nos
reímos, hasta los padres… Al cura le costó creer lo del ácido,
el tío estaba convencido que aquello era cosa del diablo, pero
terminó entrando en razón y cuando el crío volvió de la UCI le
bautizó con todos los honores… y con agua, claro. Agua bendita, de
la buena.
P.D.: Investigué un poco y me enteré que el crío era de origen alemán... ¡¡Alemán!! Seguramente se le acabó el cartucho de color azul y rubio en los genes y por eso salió más moreno de la cuenta.
Me gusta, me gusta
ResponderEliminarQué poco te prodigas pero como nos haces de reír jajaja
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