viernes, 5 de agosto de 2011

INMORTAL


Hola chicos y chicas… La cosa ha estado muy malita.
Hace unas cuantas semanas decidí darme un paseo por ahí y no se me ocurrió otra cosa que marcharme a Oslo donde hacían una convención sobre la telenovela “Amarte así” (de la que ya os hablaré más adelante). Pues eso… Estuve en aquella jodida isla. Si habéis visto las imágenes de la tele, en las noticias, yo soy el capullo que logra salvar su vida escondiéndose en lo alto de un precipicio. Ahora, después haber pasado todo, cuando me veo la televisión me meo de la risa, porque mi cara lo dice todo. Se me nota que tengo miedo, pero por dentro doy saltos de alegría. He conseguido salir con vida del mismísimo infierno. Seguro que esa especie de psicokiller tipo “Ken”, con el pelo rubio y los ojos azules, me andaba buscando. Aunque mató a unos cuantos, estoy seguro que a quien se quería cepillarse era a mí, así que sabéis lo que os digo, que se joda. Que contento estoy, de verdad…
Siempre me pregunté como actuaría si me encontrara en una situación límite. Pues bien, ahora lo sé. Vaya si lo sé. Aquel día corrí como una gacela y pensé con la astucia de un lince. También hubo algo de suerte, claro, pero si tengo que decir la verdad, me siento orgulloso de mi mismo. Actué como un auténtico campeón. Si, está bien, hubo muertos. Sangre por un tubo y aquel desgraciado vestido de policía pegando tiros. Deberían haber visto el jaleo que se armó cuando empezó a cargarse a los primeros muertos.
Lo primero que uno tiene que hacer en estos casos, repito, “limites”, es cerrar la boca, pasar de todo el mundo y conseguir salvar su culo. ¿Cómo hacerlo? Pues observando lo que sucede y actuar con rapidez. No sigas ese dicho que dice “allá donde fueres, haz lo que vieres”. Todo lo contrario, si todos corren hacía al agua, tú corre hacia el otro lado. No escuches los lamentos, ni las suplicas. “Auxilio, auxilio”. Ni puto caso. “Ayúdame Cigarropuro, ayúdame”. Nada, nada, tú tira para adelante. “Por favor, bésame antes de morir, quiero sentirte dentro de mi por última vez”. Esa tía va a morir, así que tranquilo, no podrá echártelo en cara en el futuro. Corre. Huye de allí, joder. Ponte en un sitio donde el tipo loco ese no pueda verte y no te muevas. Allí estarás bien. Tarde o temprano llegarán los refuerzos o a ese idiota se le acabará la munición. Es un pulso entre él y tú. Entre la muerte y la supervivencia. A ver quien aguanta más.
Uf, en fin, ahora ha pasado todo y ya han cogido al “jesuita” ese. Ha sido una desgracia, una masacre… pero al menos ahora sé que pase lo que pase lograré salir con vida. Soy un superviviente de verdad.
Soy inmortal.